Medio Oriente | Publicado - 17/08/2023
Todas las civilizaciones de la humanidad tienen un génesis que marcó el desarrollo en ámbitos histórico, político, social y cultural.
Mesopotamia y Egipto son las primeras grandes civilizaciones de la humanidad, que crecieron en torno a grandes ríos, esencialmente para su supervivencia, ya que estas poblaciones se dedicaron principalmente a la agricultura.
En torno a los ríos nacieron las primeras ciudades, y junto con ellas la necesidad de constituir la coexistencia de todos sus habitantes.
En la mitad del tercer milenio a.C., el rey Acadio Sargón el Grande, definió los límites de su imperio recientemente creado, ocupando los territorios actuales de Irak y algunas zonas de Irán y Siria.
Mesopotamia, civilización cuyo nombre en griego significa “tierra entre ríos”, llanura que se extiende entre dos grandes ríos cuyas causes desembocan en el golfo Pérsico: Tigris y Éufrates.
En la imagen, se distingue el verdor de las orillas del Tigris, lo cual genera un contraste con la aridez del desierto existente, por sus valles fértiles en medio de una zona hostil para la vida.
Varios pueblos fueron los principales que habitaron esta zona: sumerios, acadios, babilonios, asirios y persas. Estas regiones, muy a pesar de la existencia de los ríos, fueron territorios rodeados de tierra en donde la habitabilidad era muy complicada, debido a su orografía, con montañas o desiertos.
Esta problemática impulsó a sus habitantes para el desarrollo de soluciones hidráulicas para mejorar las técnicas de regadío. Lo cual posibilitó llevar el líquido vital a lugares alejados de los ríos principales y así, extender la agricultura y la construcción de canales para la navegación, que estimuló el comercio y la producción agrícola.
La arquitectura de Mesopotamia, esplendor y grandeza de los pueblos de la antigüedad, alcanzó impresionantes niveles en su desarrollo. Una de sus características, fue el aprovechamiento de la gran cantidad de agua que origino una riqueza natural exuberante del imperio mesopotámico.
En imagen, Zigurat de Ur, el primer templo de Mesopotamia. Templo dedicado de Nanna, dios de la Luna y protector de la ciudad. Su estructura monumental aterrazada era maciza y constituida por adobes (masa de barro) secados al sol, con una capa externa de ladrillo cocido.
La escritura de Mesopotamia, inventada por los sumerios a finales del milenio IV a.C., es la escritura cuneiforme, la cual se desarrolló sobre tablillas de barro de la mano de escribas. Las primeras tablillas inscritas en Uruk, aparecieron hacia el año 3200 a.C., con signos pictográficos e ideográficos. Posteriormente, a través del tiempo, la escritura desarrolló un sistema de signos fonéticos que permitió expresar por escrito la lengua hablada.
En la imagen, tablilla de arcilla con escritura cuneiforme, replica creada por Mj2 artesanos.
-Imagen mesopotamia, foto autor Istock/Gilmanshin
-Imagen rio Tigris, foto autor JANE SWEENEY
Texto original de Fernanda Reinoso