Familia - Paguroidea | Publicado - Enero de 2020
Los paguroideos, son una superfamilia de crustáceos decápodos a los que se les conoce, como cangrejos ermitaños o paguros. Estos crustáceos tienen en común el uso de conchas de caracol para cubrir su abdomen, que es más blando que el de otros cangrejos, y así poder protegerse de los depredadores.
Este tipo de relación interespecífica que mantiene con conchas de los moluscos muertos, se denomina tanatocresis, el cangrejo ermitaño es uno de los pocos animales que la realiza, en la actualidad se conocen alrededor de 500 especies de cangrejos ermitaños en todo el mundo, siendo la mayoría acuáticos, pero existiendo algunos que son terrestres.
Sólo su parte delantera está cubierta por un exoesqueleto rígido, para poder protegerse se refugia dentro de conchas vacías de moluscos, Su abdomen está enroscado para que pueda caber dentro de la concha, una vez dentro utiliza sus patas y pinzas para bloquear la entrada.
A medida que el cangrejo crece, debe cambiar de concha, para ello primero inspecciona detenidamente con sus pinzas las conchas vacías, una vez encontrada la que cree que es adecuada, se muda rápidamente a su nuevo hogar, para los estos animales encontrar una concha vacía es cuestión de vida o muerte, por lo que es muy a menudo ver las luchas entre ellos cuando no hay muchas disponibles.
Tiene cientos de crías, aunque esto dependerá del tipo de caparazón que tenga el cangrejo y de las sustancias que absorba, lo más normal es que la hembra lleve sus huevos bajo el abdomen, una vez fecundados los libera al mar, donde al eclosionar, las pequeñas larvas, llamadas zoes, forman parte del zooplancton, sólo se aparea dos veces al año.
Se alimentan de prácticamente de todo, son básicamente carroñeros, pero también incluyen en su dieta: caracoles acuáticos, mejillones, gusanos, pequeños crustáceos y larvas, así como plantas entremezcladas con arena y desechos.
Al ir creciendo van cambiando de piel hasta que salen sus cuatro antenas y dos pinzas. Entonces está listo para buscar una concha que proteja su cuerpo y salir a la playa en donde vivirá mayor tiempo. Con el paso del tiempo, el cangrejo crece y necesita de otro caparazón, por lo cual, absorbe agua en una proporción de casi el 70 % de su peso, y así hinchado, produce la ruptura del viejo caparazón.
La concha retiene agua, algo que es muy útil para su respiración branquial, cuando el cangrejo se queda al descubierto. El inconveniente de su sistema de crecimiento es que durante el tiempo que transcurre entre que se desprende de su caparazón viejo, y consigue uno nuevo, el animal se queda indefenso y a merced del ataque de un gran número de depredadores. Algunos ermitaños no se conforman con tener la protección de una concha, también se asocian con anémonas, que imponen a los depredadores con sus tentáculos urticantes.
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