Bolas de piedra
Fenómenos insólitos | Publicado - Enero 2020
La isla de Champ es un sitio muy popular entre los turistas que navegan en los cruceros que van al Ártico, ya que es una maravilla inhóspita, donde se encuentran unas bolas de piedra de múltiples tamaños, cuyo origen aún no conoce, y no se espera que se puedan resolver en un futuro cercano.
Esta isla es una de las muchas que forman el archipiélago ártico de Tierra de Francisco José, pertenece a unos de los rincones más remotos de toda Rusia, esta singular isla, apenas se ha estudiado.
La superficie de esta isla es relativamente pequeña, ya que solo tiene 375 kilómetros cuadrados, con paisajes que son atractivos y pintorescos al margen de la civilización, sus paisajes árticos tienen unas misteriosas esferas de piedra de un tamaño bastante impresionante, la gran mayoría de ellas tienen una forma perfectamente redonda, que causan las numerosas conjeturas acerca de su aparición en estas tierras deshabitadas.
Estas misteriosas piedras son de varios tamaños, desde una altura superior a la de un ser humano, hasta muy pequeñas, como del tamaño de una pelota de ping pong, algunas de ellas son ideales para balas de cañón.
Muchas piedras han perdido su forma redonda debido al impacto de los fuertes vientos, las bajas temperaturas y el agua, llegando a ser semejante a los demás cantos rodados, se encuentran dispersas por toda la isla, pareciendo que crecen de dentro de la tierra. El derretimiento de los glaciares expone la superficie de la isla, lavando sus formas redondeadas.
Las dimensiones de muchas bolas son de hasta varios metros, algunos de ellos difíciles de cubrir por completo por tres personas, pero también hay esferas de piedra de una forma perfectamente redonda de solo unos pocos centímetros de diámetro, se encuentran dispersas por toda la isla.
La isla Champ contiene una amplia zona sin glaciares en el suroeste de la isla, su punto más alto alcanza los 507 metros, es la isla más meridional de la Tierra Zichy subgrupo del archipiélago de Francisco José, está separada por angostos estrechos de la isla Luigi por el norte y la isla de Salisbury, en el noreste. Es conocida por sus esferulitas, aglomeraciones esféricas de arenisca, con las que los dioses, se dice, solían jugar al fútbol.
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