Familia - Accipitridae | Publicado - 26/10/2020
El Águila de Bonelli (Aquila fasciata) conocida también por los nombres de águila azor perdicera o águila perdicera, está ave de presa está distribuida desde la cuenca mediterránea hasta el sur de Asia teniendo la mayor concentración de ejemplares en la Península Ibérica y el Magreb.
Esta especie de ave accipitriforme perteneciente a la familia Accipitridae de la cual son reconocidas dos subespecies el Aquila fasciata fasciata y el Aquila fasciata renschi.
El Águila de Bonelli es un ave rapaz diurna de aspecto fuerte y voluminoso, los ejemplares adultos pueden alcanzar una envergadura alar que oscila entre los 150 y 170 cm, su longitud es de 60 a 70 cm y tienen un peso entre 1,6 y 2,3 kg.
Los ejemplares adultos tienen una coloración más pálida que otras especies de águilas, presentan su dorso de color marrón claro y sus partes inferiores son de un color blanco amarillento con trazos más oscuros distribuidas longitudinalmente.
Su parte superior es de color pardo oscuro y tienen una mancha blanca en la espalda, su cola en de un tono más pálido con una banda más oscura en la zona terminal. El Aquila fasciata en vuelo presenta un contraste entre su cuerpo blanquecino y los tonos oscuros de la parte inferior de sus alas.
En los ejemplares jóvenes tienen su parte inferior de color canela y su parte superior es de un tono pardo, su cola es un poco más clara al igual que sus plumas de vuelo, con tonos anaranjados, no será hasta su segundo año en que le salgan las pintas oscuras en su parte inferior y los bordes oscuros en su cola y alas.
Entre las grandes águilas el Aquila fasciata es la más ágil de todas, gracias a ello es una de las mejores cazadoras de aves, ya que es capaz de cazar un gran número de aves de medio tamaño en pleno vuelo.
Entre sus presas podemos encontrar conejos, perdices, palomas o reptiles, siendo la mayoría de su dieta aves de medio tamaño y pequeños mamíferos, en la época de poca abundancia de sus presas principales el lagarto ocelado puede ser una presa que sustituye a las principales.
En la Península Ibérica está muy asociada a los ambientes mediterráneos, estando muy presente en las sierras costeras, Sierra Morena, las sierras béticas y en la zona de Extremadura, también es posible encontrar ejemplares en la zona central y en menos medida en el norte de la península.
Son aves sedentarias en su madurez y presentan una mayor dispersión en su etapa juvenil, siendo residentes habituales de la Península Ibérica, siendo animales territoriales que suelen estar muy ligados a su zona de cría, solo se ven obligados a desplazarse cuando dentro de su zona hay escasez a la hora de encontrar alimento.
En la zona asiática se desconoce el número de ejemplares que hay, en la zona europea se estiman que hay algo más de 1.100 parejas, siendo la Península Ibérica donde se encuentran un número mayor de ejemplares, aglutinando más del 75% de ellas con algo más de 800 parejas.
Los territorios de reproducción se localizan principalmente en sierras, llanuras o relieves alomados, preferiblemente con zonas de cortados rocosos, aunque también hay parejas que eligen hacer sus nidos sobre árboles como pinos, eucaliptos o alcornoques y en algunas ocasiones sobre torretas eléctricas.
Las parejas de Águila de Bonelli pueden colocar su nido desde zonas de acantilados a más de 100 metros de altura, hasta a pocos metros del suelo en sierras más pequeñas. Su nido está construido con una pila de ramas tapizada con hierba, pudiendo alcanzar un diámetro de casi dos metros.
Cada puesta suele ser normalmente de dos huevos, pero puede variar entre 1 y 3, los cuales son de color blanco con pequeñas motas oscuras, para su incubación se ocupan los dos miembros de la pareja, durante un tiempo que puede variar entre 37 y 40 días.
Al igual que para su incubación una vez que nacen los polluelos, son ambos miembros de la pareja los que se ocupan de su cuidado y alimentación. Pasados los 50 días los pequeños ya son capaces de alimentarse por sí solos y a los 65 días su plumaje se ha desarrollado completamente.
Tras el desarrollo completo de su plumaje son capaces de volar en pocos días, las crías permanecerán con sus progenitores durante los primeros 5 o 6 meses de su vida, tras ese tiempo dejarán el nido pudiendo alejarse hasta más de 1000 km de la zona de su nacimiento, pudiendo variar de zona hasta la llegada de su madurez, en la que suelen volverse más sedentarios.
Las mayores amenazas de estas aves suelen ser los tendidos eléctricos, la caza de furtivos con veneno, trampas o disparos, la pérdida de su hábitat o la escasez de presas son otros de los mayores riesgos para el Águila de Bonelli.
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